ECOSISTEMA ACUATICO


Un ecosistema es aquella comunidad inserta en un determinado medio y en la que conviven activamente los seres vivos que la componen. En tanto, un ecosistema acuático es aquel que existe en el agua, entonces, sus componentes vivos, vegetación y animales conviven y se desarrollan en la mismísima agua.

Nuestro planeta dispone de dos tipos de aguas, salada (océanos y mares) y dulce (lagos, ríos, arroyos, lagunas, entre otros), por tanto, los animales y las plantas que viven en alguno de estos dos tipos cuentan con naturales características que les permitirán subsistir en las condiciones que priman en los mencionados ecosistemas de agua.

No será lo mismo para un animal adaptado a la vida en agua salada acomodarse a las condiciones totalmente diferentes que se plantean en la dulce. En los casos en los que no existe la adaptación a los cambios, las especies suelen desaparecer.

Cualquier ecosistema necesita para subsistir de dos tipos de elementos, los bióticos (con vida) y los abióticos (sin vida), cuya interrelación eficiente contribuirá al equilibrio y subsistencia del ecosistema en cuestión. Entre los primeros se destacan los vegetales, los animales, hongos y bacterias, y por los bióticos cuentan el aire, el sol, el agua, el clima, la temperatura.

Cuando hablamos de interacción y de la necesidad que todos los elementos mencionados en el párrafo anterior estén presentes tiene que ver con el hecho que unos a otros se necesitan para mantenerse y desarrollarse en el ecosistema acuático.


Así, los vegetales o zooplancton son el alimento básico de peces pequeñísimos y de animales acuáticos como la ballena y al mismo tiempo, el zooplancton necesita sí o sí de la energía que le aporta la luz solar para poder seguir viviendo. Los pececitos más pequeños a su vez son el alimento que necesitan los más grandes y el resto de las plantas acuáticas también sirve de alimentación a los hongos y bacterias que están en ese hábitat.

Cabe destacarse que los ecosistemas acuáticos disponen de una relevancia enorme a la hora del desarrollo de diversas actividades como la agricultura, la provisión de agua para consumo personal y la producción de ciertos productos. Sin embargo, debemos mencionar que la inescrupulosa y deficiente acción humana, materializada en la contaminación de las aguas, muchas veces es una amenaza concreta y directa a la continuidad de la vida y de las especies.